Cómo identificar los trastornos alimentarios

Los médicos nos advierten de los peligros potenciales del sobrepeso, pero estar delgada no se considera malo. Resultaría un problema cuando estar delgada se convierte en una necesidad compulsiva, en nuestra razón de ser.

Cuando esto sucede, entonces podríamos estar ante lo que se denominan trastornos de la conducta alimentaria (TCA) o trastornos alimentarios, donde la preocupación sobre la figura y el peso resultan ser el factor central.

Si eres familiar con alguna sospecha, lee con detenimiento la siguiente información que te proporcionaremos sobre cómo poder detectar y actuar.

Si has llegado a este blog en busca de respuestas, te pedimos que intentes procesar esta información de una manera objetiva y que la compares con honestidad y sinceridad con lo que te está pasando.

Podremos ayudarte si en primer lugar comprendes que estás siendo víctima de un grave problema psicológico que tiende una trampa perfecta: una ilusión de la que es difícil salir.

Y por supuesto, en cualquier caso, te recomendamos que busques ayuda de un profesional.

¿Qué son los TCA y cómo detectarlos?

Se trata de una alteración en la alimentación o en los comportamientos, creencias y emociones relacionadas con la alimentación, el peso y/o la forma corporal, que dañan significativamente la salud o el funcionamiento psicosocial de la persona.

Estas conductas pueden tener una repercusión considerable en la capacidad del cuerpo para obtener la nutrición adecuada.

Por un lado, se pueden observar pensamientos que sobrestiman el significado de una consecuencia no deseable como por ejemplo “He engordado un kilo, nunca más podré ponerme unos shorts”.

Así como pensamientos en términos extremos y absolutos como “Si he ganado un kilo, ganaré 50”.

Por otra parte, se aprecia un conjunto característico de actitudes y valores relacionados con la figura corporal y el peso donde se idealiza la delgadez y la pérdida de peso, así como se ambiciona y hay intentos exagerados para evitar engordar.

Estas personas esperan sentirse mejor con ellos mismos si están más delgados, pero su visión fundamentalmente negativa de sí mismos les lleva a estar insatisfechos perpetuamente con su apariencia y peso.

Se confirman con su creencia y piensan que gente de su entorno pretenden engañarlas o consolarlas. Sin embargo, una gran proporción de personas con anorexia o bulimia muestran una falta de aceptación del trastorno, y por lo tanto no están interesadas en acudir a tratamiento.

Los trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes y la adultez emergente son los más frecuentes, así como son más comunes en mujeres.

Trastornos alimentarios tipos

Los trastornos alimentarios más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

Anorexia nerviosa

Las personas con anorexia nerviosa restringen severamente la ingesta en relación con sus necesidades, evitan alimentos o comen cantidades muy pequeñas de solo algunos alimentos.

Esto conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Su alimentación suele ser estereotipada e inflexible.

Esto se presenta unido al miedo intenso a ganar peso o a engordar, o comportamiento persistente que interfiere en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo.

Se muestra alteración en la forma en que uno mismo percibe su propio peso o constitución o una falta persistente de reconocimiento de la gravedad del peso corporal bajo actual.

Este trastorno mental encabeza la lista de mayor riesgo de mortalidad.

Bulimia nerviosa

El primer criterio de este trastorno son episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón objetivo se caracteriza por los siguientes dos hechos:

  1. Por ser una ingestión en un periodo determinado de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar en circunstancias parecidas.
  2. Por mantener una sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio.

Estos atracones son seguidos de comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso, como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo.

Las personas con bulimia nerviosa pueden tener poco peso, peso normal o sobrepeso.

Trastorno por atracón

Se caracteriza por episodios recurrentes de atracones en los que posteriormente, se sufre un malestar intenso respecto a los atracones, pero en este caso el atracón no se asocia a la presencia recurrente de un comportamiento compensatorio inapropiado como en la bulimia nerviosa.

Causas de los trastornos alimentarios

Se desconoce su causa exacta. Los investigadores creen que estas afecciones son causadas por una interacción compleja de factores.

Sin embargo, las investigaciones están de acuerdo en que el factor social por las presiones culturales que glorifican la “delgadez” y le dan un valor a obtener un “cuerpo perfecto” se trata de un elemento fundamental.

Por otra parte, muchas de estas personas recuerdan una época como negativa en donde se han sentido acomplejadas. En algunos casos quizás pudieron ser objeto de burlas o descalificaciones por un sobrepeso anterior.

En esta línea, también es habitual que ese sobrepeso en vez de experimentarlo ellas directamente, lo sufriese alguien cercano, en cuyo caso lo que se suele aprender es lo mismo: Estar gorda es horrible, para ser aceptada necesitas estar delgada.

Mujer con trastornos alimentarios

Por otro lado, estos trastornos empiezan muchas veces con una primera dieta, a menudo una dieta excesivamente rígida, con muy pocas calorías y/o con muchos alimentos prohibidos.

Cuanto más severa es la dieta, mayor será el riesgo de desarrollar un trastorno alimentario.

Consecuencias de los trastornos alimentarios

Consecuencias médicas Anorexia Nerviosa

Debido a la desnutrición grave en la anorexia nerviosa, el cuerpo no obtiene los nutrientes esenciales que necesita para un funcionamiento adecuado. Por lo tanto, es forzado a disminuir todos sus procesos para conservar energía.

Esto puede resultar en consecuencias médicas muy serias, como las siguientes:

  • Reducción de la frecuencia cardiaca y presión arterial
  • Frecuencia respiratoria más baja
  • Disminución de la temperatura corporal
  • Pérdida de cabello, piel deteriorada (seca, envejecida, rugosa, amarillenta).
  • Lanugo: vello muy fino en los brazos, la cara, abdomen. Se pierde vello axilar y púbico.
  • Ante la desnutrición, el tiroides secreta menos T3 y T4, lo que puede crear hipotiroidismo.
  • Amenorrea (pérdida de la menstruación).
  • Pérdida de músculo y debilidad muscular.
  • Anemia, pérdida de masa ósea, disminución del número de plaquetas y glóbulos rojos.
  • Puede llegar a la muerte.

Consecuencias médicas Bulimia Nerviosa

Los ciclos reincidentes de atracones y purgas pueden afectar a todo el sistema digestivo y llevar a un desbalance químico y electrolítico en el cuerpo que puede impactar en las funciones del corazón y otros órganos principales.

Algunas de las consecuencias médicas de la bulimia nerviosa son las siguientes:

  • Desbalance electrolítico que puede llevar a latidos cardíacos irregulares y posible falla cardíaca y muerte.
  • Ruptura gástrica.
  • Inflamación y posible desgarro esofágico debido al vómito frecuente.
  • Caries dentales y pérdida de esmalte dental debido al contacto con los ácidos estomacales durante el vómito frecuente.
  • Aumento de la glándula parótida.

Consecuencias médicas Trastorno por atracón

El trastorno por atracón resulta concomitante en muchas de las complicaciones médicas con la obesidad clínica. Algunas de las consecuencias médicas potenciales del trastorno por atracón incluyen:

  • Presión arterial alta.
  • Enfermedades cardíacas como resultado de los niveles elevados de triglicéridos.
  • Niveles altos de colesterol.
  • Diabetes mellitus tipo II.

Imagen corporal en los trastornos alimentarios

Como hemos reiterado, la preocupación sobre la figura corporal se trata del factor central. La imagen corporal se compone de cuatro aspectos:

  • Dimensión perceptiva: cómo percibes tu cuerpo: tamaño, forma en totalidad o en sus partes.
  • Dimensión afectiva: qué emociones te suscita.
  • Dimensión cognitiva: qué pensamientos tienes acerca de esa imagen.
  • Dimensión conductual: cómo te comportas como resultado de tu imagen perceptiva, afectiva y cognitiva. Por ejemplo con exhibición, evitación, comprobación, rituales, camuflaje, etc

Una imagen de algo es una representación de su original. Por ende, la imagen corporal es la percepción que una persona tiene de sí misma, y los pensamientos, sentimientos y conductas que resultan de esa percepción.

La imagen que tú tienes en tu cabeza de ti misma no representa el físico real. De hecho muchas veces no tiene nada que ver.

En los trastornos de alimentación aparece insatisfacción con la imagen corporal y preocupaciones centradas de un modo global en el peso o tamaño del cuerpo.

También puede darse de modo específico en las nalgas, cintura, muslos y cadera (partes relacionadas con expectativas de maduración sexual y social).

¿Qué puedo hacer como familiar?

Por supuesto, empezar con una psicoeducación correcta de la mano de un profesional, entender qué sucede para poder actuar.

Y tener paciencia, es normal sentirse inseguro y dudar de si lo que hacemos está bien. Un primer paso es mostrarse emocionalmente disponible con escucha activa.

Podemos empezar por crear conversaciones sobre temas no relacionados con el trastorno alimentario.

Cómo apoyar si mi familiar tiene un trastorno alimenticio

 

En definitiva, mostrarse empático con refuerzos como «Veo lo difícil que esto es para ti, estás haciendo un buen trabajo».

Y debemos evitar recriminaciones o comentarios como «Hoy que te has sentado a comer con nosotros y ha ido todo bien, ¿lo ves? No como ayer que no quisiste y al final te diste un atracón».

Pero también poner límites claros, así como reconocer los avances y proponer soluciones ante los intentos de falsear la ingesta. No mienten porque sean malas o malos, mienten porque tienen miedo.

TCA Tratamiento

El trabajo en equipo entre un psicólogo y un dietista-nutricionista, llamado Psiconutrición. En este trabajo conjunto cada profesional desarrolla un papel diferente, ha empezado a cobrar relevancia.

Por una parte, el psicólogo identifica y trabaja las causas que llevan a una mala relación con la comida. Con este primer paso, le ayuda al paciente a tomar conciencia de ello.

Además, trabaja la imagen corporal, el autoconcepto y la autoestima así como las barreras, emociones y exigencias.

La terapia cognitivo-conductual es un tratamiento muy activo y estructurado, no se trata de charlar sin más sobre tu vida.

En esencia, consiste en enseñarte técnicas psicológicas muy concretas para superar tus problemas.

Cambiar tus pensamientos y creencias negativas que provocan tu terrible miedo a engordar. Y con ello, eliminar las conductas que lo mantienen, como los atracones o los vómitos.

Por otro lado, el dietista-nutricionista analiza los hábitos dietéticos, trabaja aversiones y rechazos alimentarios y trabaja los conceptos clave metabólicos. También identifica mitos alimentarios y fomenta estrategias que ayuden a generar cambio de hábitos.

Así se trabajará también en estrategias para recuperar la sensación de hambre y saciedad.

En AD Psicología Valencia contamos con el servicio de Psiconutrición para trabajar de forma multidisciplinar y proporcionar la mejor y más efectiva atención. Si necesitas saber más puedes entrar en nuestro canal de YouTube.

En realidad, el objetivo final es muy sencillo: Descubrir que no necesitas hacer todas esas maniobras para no engordar. Y descubrir que al comer con normalidad, como hace la mayor parte de la gente, no vas a engordar.

Ánimo, porque lo más difícil, acabas de hacerlo.

Potencia tu salud, mejora tu vida.

 

AD Psicología