¿Qué es el autismo?

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que implica una serie de déficits en diversas áreas (comunicativas, cognitivas y sociales).

Estas limitaciones pueden ocasionar una merma en la calidad de vida en los propios pacientes y sus familias.

Sin embargo, desde la mitad del siglo XX se han ido perfeccionando las técnicas de evaluación, diagnóstico y los tratamientos disponibles.

Autismo qué es

¿Qué es el autismo?

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo heterogéneo, con inicio anterior a los 3 años y de curso continuo.

Los criterios diagnósticos del trastorno del espectro autista son:

  1. Déficits persistentes en la comunicación e interacción social.
  2. Patrones repetitivos y restringidos de conducta, actividades e intereses.
  3. Los síntomas deben estar presentes en la infancia temprana.
  4. El conjunto de los síntomas limita y deben alterar el funcionamiento diario.

Características del autismo

Dentro de los problemas comunicativos, los niños diagnosticados con autismo presentan:

  • Retraso o ausencia del habla (sin ningún tipo de compensación comunicativa).
  • Ausencia de respuesta al habla de los demás.
  • Problemas para iniciar o mantener una conversación.
  • Uso estereotipado, aprosódico, literal y repetitivo del lenguaje (en casos de alto funcionamiento).

En cuanto a la interacción social, las personas con autismo tienen dificultades en:

  • Ajustar o adaptar su comportamiento a diferentes situaciones.
  • En compartir y dirigir la atención hacia un estímulo social.
  • En el reconocimiento y comprensión de los estados conductuales y emocionales de otras personas.
  • En inferir estados mentales (intenciones, pensamientos o deseos) de otras personas y utilizar esa información para interpretar y predecir su conducta.

A nivel cognitivo, puede existir:

  • Marcado déficit intelectual.
  • Déficit de atención dividida.
  • Menor puntuación en tareas de razonamiento abstracto y conceptual.
  • Dificultad para organizar y secuenciar los pasos que permiten solucionar problemas.
  • Escasa flexibilidad cognitiva.
  • Desempeño bajo en memoria declarativa, episódica y verbal.
  • Disminución en la identificación de sensaciones físicas.

En el plano conductual, podemos encontrar:

  • Conductas agresivas verbales y/o físicas.
  • Autolesiones (golpearse la cabeza, morderse o arañarse).
  • Escapismo (huir sin un peligro aparente).
  • Negativismo ante órdenes o demandas.
  • Excitabilidad desencadenada por una emocionalidad positiva.

Junto con estos síntomas centrales, pueden concurrir otros trastornos psiquiátricos, neurológicos y médicos comunes, como:

  • Trastorno de déficit de atención con y sin hiperactividad (TDAH).
  • Epilepsia.
  • Esclerosis tuberosa.
  • Ceguera.
  • Neurofibromatosis.
  • Depresión.
  • Episodios transitorios psicóticos.

 

Diferencias con el síndrome de Asperger

Con la entrada del nuevo Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM) en 2013, se eliminaron las diferencias entre autismo y síndrome de Asperger y se unificaron todos los tipos de autismo en trastornos del espectro autista (TEA).

No obstante, en la versión anterior del DSM (DSM-IV-R) reunían los siguientes criterios para el síndrome de Asperger:

  1. Dificultad para entender conductas no verbales: mirada a los ojos, expresión facial, posturas corporales y gestos para regular la interacción social.
  2. Incapacidad para desarrollar relaciones con iguales adecuadas al nivel evolutivo.
  3. Ausencia de conductas espontáneas encaminadas a compartir placeres, intereses o logros con otras personas (p. ej., de conductas de señalar o mostrar objetos de interés).
  4. Falta de reciprocidad social o emocional.
  5. Patrones de conducta, interés o actividad restrictivos, repetidos y estereotipados (al menos una de las siguientes):
    1. Preocupación excesiva por un foco de interés (o varios) restringido y estereotipado, anormal por su intensidad o contenido.
    2. Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos y no funcionales.
    3. Estereotipias motoras repetitivas (p. ej., sacudir las manos, retorcer los dedos, movimientos complejos de todo el cuerpo, etc.).
    4. Preocupación persistente por partes de objetos.
  6. No existe un retraso clínicamente significativo en el lenguaje.
  7. No existe un retraso cognitivo-adaptativo.

En resumen, podemos decir que la diferencia entre autismo y síndrome de Asperger estriba en que este último mantiene un rendimiento cognitivo y comunicativo mayor.

Pero con la entrada en vigor del DSM-5, solo se diferencian entre grados dentro del autismo

 

Grados de autismo

El especificador de gravedad indica tres grados de severidad según la interferencia en comunicación social y la frecuencia/intensidad de los comportamientos restringidos y repetitivos.

En el grado 3 se produce una deficiencia grave en la comunicación social, acompañado de una gran inflexibilidad del comportamiento, extrema dificultad para modificar rutinas y la conducta restringida y repetitiva interfiere notablemente en el funcionamiento en todas las áreas.

En el grado 2 hay una deficiencia marcada en las habilidades de comunicación social, y estos problemas en la interacción social persisten pese a las ayudas recibidas in situ.

Además, hay una inflexibilidad en la conducta (dificultad para modificar rutinas) y los comportamientos estereotipados y repetitivos resultan con frecuencia evidentes para el observador externo e interfieren en diferentes contextos.

En el grado 1, las deficiencias en la comunicación social causan problemas importantes si no recibe ayuda, tiene dificultad para iniciar interacciones sociales, produce respuestas atípicas e insatisfactorias para el interlocutor y muestra poco interés en estas interacciones.

En la conducta se aprecia una inflexibilidad que causa interferencia significativa con el funcionamiento en uno o más contextos, tiene dificultad para alternar actividades, así como problemas de organización y planificación.

Evaluación grados de autismo

 

Evaluación del trastorno del espectro autista

El empleo de análisis de biomarcadores y neuroimagen para detectar y diagnosticar el autismo está a debate, por lo que actualmente se diagnostica de forma clínica.

Es decir, mediante el empleo de entrevistas y cuestionarios específicos para las familias, tutores legales y el propio afectado/a con sospecha de autismo.

Los métodos de evaluación más frecuentes son:

• Entrevista de Diagnóstico de Autismo – Revisada (ADI-R).

• Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo-2 (ADOS2).

• Escala de Valoración del Autismo Infantil (CARS).

• Lista de Comprobación para el Autismo en Niños (CHAT).

• Cuestionario de Comunicación Social (SCQ).

• Inventario de Espectro Autista (IDEA).

• Cuestionario de Detección Temprana de Rasgos Autistas (ESAT).

• Herramienta de Detección del Autismo en Niños de Dos Años (STAT).

• Perfil Psicoeducativo-3 (PEP-3).

• Escalas de Comunicación y Comportamiento Simbólico (CSBS).

• Escala de Capacidad de Respuesta Social 2 (SRS-2).

• Escala de Desempeño Internacional de Leiter Revisada (LEITER-R).

 

Impacto del autismo en la familia

Es importante señalar que el autismo no solo cambia la vida del niño/a, sino la vida de todos los miembros de su familia.

El diagnóstico de una enfermedad o síndrome crónico en una familia desencadena un conjunto de emociones y sentimientos similares a los observados en un proceso de duelo.

Ante esta situación, la familia pasa por una crisis en la que deben afrontar el impacto psicológico inicial, adaptarse y redefinir el funcionamiento familiar, realizar los cambios oportunos en el entorno y buscar asesoramiento y ayuda especializada.

Esto conlleva a que las familias y las parejas tengan niveles significativamente superiores de estrés crónico asociado, ansiedad, depresión, fatiga y otros problemas relacionados con la salud mental.

Autismo impacto en la familia

 

Intervención

Las intervenciones para la población con autismo incluyen tanto tratamientos farmacológicos como intervenciones psicoeducativas.

En los que respecta al tratamiento farmacológico, no existe un tratamiento específico para el autismo, pero se prescriben algunos medicamentos para paliar síntomas y conductas asociadas.

La intervención psicoeducativa ofrece mayores posibilidades de tratamiento, incluyendo: programas conductuales, intervenciones evolutivas, basadas en terapias, intervenciones sensoriomotoras, intervenciones basadas en la familia y programas combinados.

 

Programas conductuales

Los programas conductuales surgen a mediados de los años 60 del siglo XX, y se basan en los trabajos de condicionamiento operante de Skinner.

La premisa básica es que los comportamientos de los sujetos con autismo obedecen a las mismas leyes de aprendizaje de todos los seres vivos.

La observación, la operativización de variables comportamentales y su posterior modificación proporciona la infraestructura para disminuir e incrementar conductas que son problemáticas, así como para mantener y generalizar las conductas deseadas.

Entre estos programas, encontramos el Análisis Conductual Aplicado (Applied Behavior Analysis, ABA) y la Intervención Conductual Intensiva Temprana (Early Intensive Behavioural Intervention, EIBI).

 

Programas evolutivos

Las intervenciones evolutivas engloban programas como: la Enseñanza Receptiva, el Modelo Basado en la Relaciones o la Intervención para el Desarrollo de la Relaciones Sociales.

Todos estos programas plantean técnicas para desarrollar y mejorar las habilidades sociales, comunicativas, motoras y para la vida diaria.

Para ello se trabaja a través del lenguaje alternativo y aumentativo, historias sociales, comunicación facilitada, lengua de signos, instrucciones con pistas visuales, entrenamiento en comunicación funcional y entrenamiento en integración auditiva y sensorial.

 

Programas familiares

Respecto a las intervenciones basadas en la familia, parten de la idea de incluir a toda la familia en el tratamiento de la persona mediante psicoeducación, diseño de rutinas, planificación de estrategias educativas y el desarrollo de una relación estrecha entre familia y profesionales para sentirse apoyados.

Destacan dos programas: los Programas Centrados en la Familia de Apoyo al Comportamiento Positivo y el Programa Hanen.

 

Programas combinados

Finalmente, las intervenciones combinadas unen elementos de métodos conductuales y evolutivos.

Entre los programas combinados más utilizados están el Modelo del Inicio Temprano de Denver, el programa LEAP, el Modelo SCERTS y el modelo TEACCH.

Niño con autismo tratamientos

 

¿Cómo AD Psicología puede ayudarte?

El tratamiento psicológico se ha demostrado eficaz para modificar conductas para mejorar la calidad de vida de las personas con autismo y sus familiares.


En AD Psicología Valencia contamos con los mejores psicólogos. Estaremos encantados de ayudarte y estudiar tu caso para ofrecerte el tratamiento que mejor se ajuste a tus necesidades.

 

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